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En general, las trufas alucinógenas se cosechan y secan para consumirlas crudas. La ingestión permite que sus compuestos psicodélicos lleguen a tu organismo. Sin embargo, a muchas personas les resulta desagradable su sabor; en ese caso, se puede usar limón (lemon tek) o miel (miel azul) para enmascarar las notas terrosas de las trufas.

Los paquetes de trufas mágicas deben almacenarse en la nevera (a aproximadamente 1-5°C) para preservar su frescura. Si no se abren, las trufas se mantendrán frescas hasta dos meses, pero una vez abiertas, deberás consumirlas en unos pocos días. Si ya has abierto un paquete de trufas mágicas, ponlas en un recipiente hermético y opaco y guárdalas en la nevera para impedir que se degraden por la humedad y la exposición al aire.

El compuesto activo de las trufas mágicas es la psilocibina, que nuestro cuerpo convierte en psilocina cuando se ingieren. La psilocina interactúa con los receptores de serotonina del cerebro, produciendo diversos efectos psicodélicos, como alucinaciones visuales y auditivas, distorsión del tiempo e introspección.

Trufas mágicas es un término muy amplio que hace referencia a una familia entera de hongos. Aunque existen numerosos tipos de trufas alucinógenas, con distintos niveles de psilocibina, las más populares son:

• Psilocybe atlantis
• Psilocybe mexicana
• Psilocybe tampanensis
• Psilocybe Valhalla

Las trufas mágicas y las setas alucinógenas son diferentes partes del mismo hongo. Las trufas son masas endurecidas que contienen reservas de nutrientes y permanecen bajo tierra (esclerocios). Las setas alucinógenas son los cuerpos fructíferos (tallo y sombrerillo) que asoman por encima de la superficie del suelo. Tanto las trufas como las setas alucinógenas pertenecen a la misma familia de hongos Psilocybe, y ambas contienen psilocibina.

Debido a la interacción única entre la psilocina y los receptores de serotonina de nuestro cuerpo, es imposible desarrollar adicción física a las trufas mágicas. En lugar de sobrecargar nuestros receptores químicos, el cuerpo desarrolla una resistencia a la psilocina con el consumo continuado, lo que se traduce en unos efectos cada vez más suaves. La única forma de restablecer esa tolerancia es abstenerse de tomar psilocibina durante al menos una semana.

El consumo de trufas mágicas puede provocar varios efectos secundarios, ya sea debido a una dosis incorrecta o por no tener en cuenta la situación y el entorno (set and setting). Los posibles efectos secundarios incluyen:

• Náuseas
• Ansiedad
• Paranoia
• Aumento de la frecuencia cardíaca
• Mareos

Recuerda: Las trufas mágicas contienen psilocibina, una sustancia psicoactiva que puede afectar profundamente a nuestras mentes y cuerpos, y que no debe mezclarse con otras sustancias o drogas recreativas, incluido el alcohol.

Al igual que cualquier actividad o sustancia que cambie nuestra forma de pensar o sentir, el consumo de trufas mágicas puede provocar dependencia psicológica. Afortunadamente, el cuerpo desarrolla una tolerancia natural ante el consumo repetido de psilocibina (que se convierte en psilocina), por lo que no es posible tripar varios días seguidos. Aun así, es fundamental tener en cuenta la actitud mental y las circunstancias personales a la hora de tomar trufas mágicas para garantizar una experiencia positiva.

Las trufas mágicas afectan profundamente a la forma en que percibimos el mundo que nos rodea. Tradicionalmente, las culturas antiguas han utilizado los hongos psilocibios para crecer espiritualmente, potenciar la creatividad y mejorar la introspección. En la actualidad, la ciencia está analizando los beneficios emocionales de la psilocibina.

Para realizar un seguimiento del progreso durante la microdosificación, lo mejor es tener un diario para anotar lo que piensas y sientes. Esto permite controlar la experiencia y ajustar la frecuencia de la dosificación en consecuencia. También existen aplicaciones y cuadernos digitales para ayudarte a analizar tu evolución.

La microdosificación es un método de consumo de psicodélicos único porque implica tomar dosis subalucinógenas de forma habitual. El objetivo es beneficiarse de los efectos más leves de la psilocibina, como la potenciación de la creatividad, el estado de ánimo y la productividad, sin producir cambios extremos en la cognición o la percepción sensorial.

Un conjunto de pruebas cada vez mayor indica que la microdosificación puede tener resultados positivos dependiendo de la persona y la sustancia. Los efectos psicoactivos de los psicodélicos son ideales para este método de dosificación, y la ciencia continúa estudiando los beneficios potenciales de las sustancias microdosificadas como la psilocibina.

Aunque el mecanismo de acción exacto continúa investigándose, se ha descubierto que la psilocina estimula los receptores de serotonina, y en concreto los receptores 2A (5-HT2ARs) que están presentes en las células del cerebro. Se cree que esta interacción podría conducir al establecimiento de conexiones entre neuronas, lo que a su vez provoca los efectos que alteran la mente.

La psilocina es un alcaloide derivado de la psilocibina, y aunque existe en pequeñas cantidades en los ejemplares secos de Psilocybe cubensis, se produce por medio de una reacción química dentro del cuerpo que convierte la mayor parte de la psilocibina en psilocina. La gran afinidad de la psilocina por los receptores de serotonina es lo que produce los efectos psicoactivos por los que son conocidas las setas y las trufas alucinógenas.

La psilocibina y la psilocina son dos sustancias químicas equivalentes. La primera es un profármaco psicodélico que está presente en cientos de variedades de hongos Psilocybe, mientras que la segunda se produce cuando la psilocibina se descompone dentro del cuerpo humano. No se puede tener una sin la otra, pero es la psilocina la que se une a los receptores de serotonina de las neuronas y produce efectos que alteran la mente.

En general, las Psilocybe cubensis, o como se las conoce comúnmente, setas alucinógenas, se recogen, se secan y se ingieren. Cuando los ácidos estomacales descomponen la psilocibina del hongo, la reacción química que se produce convierte ese compuesto en psilocina. Hay varias formas de consumir setas mágicas, pero lo más habitual es comerlas con el estómago vacío.

La especie Psilocybe cubensis está formada por muchas variedades únicas o subespecies, y mientras que algunas son grandes con sombrerillos dorados, otras tienen tallos cortos de color hueso y pequeños sombreros en forma de campana. Para identificar correctamente la Psilocybe cubensis, lo mejor es usar un atlas de setas o consultar con alguien que tenga experiencia recolectando setas.

Las esporas son células reproductoras que se forman en las laminillas de los cuerpos fructíferos de las setas, incluidas las Psilocybe cubensis. Una vez cosechados los hongos, las esporas se pueden utilizar para producir micelio, que más adelante se convertirá en cabezas de alfiler y después en cuerpos fructíferos.

Las características físicas de las Psilocybe cubensis son diferentes para cada variedad. Las variedades comunes como la Golden Teacher tienen sombrerillos de color marrón dorado y tallos gruesos y blanquecinos. Los sombrerillos suelen ser cóncavos y acaban en una pequeña punta. Es muy importante identificar correctamente los hongos alucinógenos antes de consumirlos, ya que hay muchas especies tóxicas con un aspecto parecido.

Las Psilocybe cubensis suelen preferir los climas subtropicales. La combinación de calor y alta humedad les proporciona las condiciones ideales para crecer. Sin embargo, gracias a su versatilidad y robustez, también es posible encontrar Psilocybe cubensis creciendo de forma natural en zonas del Hemisferio Norte de febrero a diciembre, y de noviembre a abril en el Hemisferio Sur.

Todas las variedades de Psilocybe cubensis contienen psilocibina, que figura como una droga de la Lista 1 del Convenio de sustancias psicotrópicas de las Naciones Unidas de 1971. Sin embargo, dado que las restricciones legales varían mucho entre un país y otro, tendrás que consultar con las autoridades de tu región para conseguir información actualizada.

Todas las sustancias que alteran la mente conllevan riesgos y efectos secundarios, por lo que es importante tener en cuenta la experiencia y el entorno antes de consumir Psilocybe cubensis. Los efectos secundarios como náuseas, mareos y ansiedad, suelen ser leves en dosis bajas, pero en dosis altas algunos consumidores podrían experimentar un mal viaje, que puede causar paranoia extrema y empeorar problemas de salud mental subyacentes.

La psilocibina es el principal compuesto psicodélico que está presente en los miembros del género Psilocybe. Cuando estas setas se ingieren, producen una reacción química que convierte la psilocibina en psilocina. La psilocina es la sustancia que interactúa con los receptores de serotonina del cerebro produciendo los efectos psicodélicos.

La psilocibina no es físicamente adictiva, ya que el cuerpo desarrolla una tolerancia natural ante un consumo repetido. La única forma de restablecer esta tolerancia es abstenerse de consumirla. Sin embargo, puesto que la psilocibina produce distintos efectos que alteran la mente, existe la posibilidad de desarrollar una dependencia psicológica. Por suerte, su potencial de adicción parece ser bajo en comparación con otras drogas comunes que causan ese problema.

La psilocibina tiene el potencial de causar varios efectos secundarios a la vez que influye en nuestra percepción visual y auditiva. Y en dosis altas puede exacerbar los problemas subyacentes de salud mental. Por eso, podría no ser adecuada para todo el mundo, y es importante entender cómo afecta a la mente y al cuerpo antes de consumirla.

Muchos de los efectos secundarios de la psilocibina dependen de la dosis, lo que significa que cuanto más consumas, mayores serán las posibilidades de experimentar efectos desagradables. Por eso, es fundamental saber qué esperar. Los posibles efectos secundarios de la psilocibina incluyen:

• Ansiedad
• Paranoia
• Náuseas
• Mareos
• Aumento de la frecuencia cardíaca

Cuando se consume, la psilocibina influye en la forma en la que percibimos el mundo, lo que conduce a una serie de alteraciones tanto visuales como auditivas. Muchos de esos efectos se experimentan de forma recreativa, siguiendo los pasos de las culturas antiguas que usaban la psilocibina para promover una sensación de unidad con el universo y una claridad mental más profunda. Desde el punto de vista médico, en estos momentos se está investigando la eficacia de la psilocibina para combatir varios trastornos de la salud mental.