Fertilizantes para plantas de marihuana
En esta sección de nuestra tienda online encontrarás los abonos ideales para proporcionar a tus plantas todo lo que necesitan para desarrollarse perfectamente y producir cogollos estupendos. Gracias a nuestras genéticas y a estos productos aplicados en las dosis y los momentos adecuados, pronto disfrutarás de la mejor marihuana cultivada fácilmente en casa.
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¿Cuáles son los mejores fertilizantes para las plantas de cannabis?
Las necesidades nutricionales de una planta de cannabis cambian drásticamente a lo largo de su ciclo de vida. Los elementos fundamentales para la marihuana son los macronutrientes nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), que en conjunto suele denominarse "NPK". Durante la fase vegetativa, la planta necesita nitrógeno para promover el desarrollo de las hojas y los tallos.
Cuando la planta de cannabis pasa a la fase de floración, sus necesidades cambian. Ahora precisa mucho más fósforo y potasio para formar cogollos grandes y compactos. Nuestro fertilizante para floración Bud Boost está diseñado con una proporción 0-13-14 para maximizar la producción de flores y el desarrollo de terpenos, lo que garantiza un producto final potente y aromático. Además de los macroelementos fundamentales, una planta de marihuana saludable también necesita una mezcla equilibrada de macronutrientes secundarios, como el calcio y el magnesio, así como oligoelementos esenciales como el hierro, el zinc y el manganeso.
¿Cuándo debo empezar a fertilizar mis plantas de cannabis?
Los cultivadores novatos suelen cometer el error de fertilizar demasiado pronto. Una plántula recién germinada contiene suficiente alimento en su semilla para sobrevivir durante la primera o las dos primeras semanas. Además, hay que tener en cuenta que algunos sustratos no inertes contienen ciertas concentraciones de nutrientes, que podrían ser suficientes para unas cuantas semanas más. En cualquier caso, nunca debes aplicar ningún fertilizante hasta que la plántula haya desarrollado su primer o segundo conjunto de hojas verdaderas (las hojas con bordes dentados). En ese momento, la planta estará lista para comenzar la fotosíntesis de verdad. Y cuando empieces a fertilizar, hazlo siempre en dosis pequeñas y ve aumentándolas poco a poco hasta llegar a las cantidades recomendadas.
¿Cuándo debería dejar de abonar mis plantas?
Un paso crucial para conseguir marihuana pura y sabrosa es dejar de fertilizar las plantas antes de la cosecha. Este proceso se denomina "lavado de raíces". Por lo general, este lavado se debe realizar con agua con un pH equilibrado, entre una y dos semanas antes de la fecha prevista para la cosecha. Durante este tiempo, la planta consumirá los nutrientes almacenados en sus hojas y tejidos. Así evitaremos que el producto final tenga un sabor químico desagradable y obtendremos un humo o vapor más suave y puro. Para las plantaciones hidropónicas y en coco, normalmente basta con un lavado más corto, de entre 7 y 10 días, mientras que las plantaciones en tierra pueden necesitar entre 10 y 14 días.
¿Cómo puedo prevenir las deficiencias y toxicidades nutricionales?
La mejor manera de prevenir problemas es seguir una rutina de fertilización constante y comprobar a menudo el pH y la conductividad eléctrica (EC). Obviamente, también tendrás que prestar mucha atención a tus plantas para detectar cualquier síntoma de desequilibrios: las hojas amarillentas pueden indicar una deficiencia de nitrógeno, mientras que las puntas quemadas son un signo clásico de quemadura o toxicidad por nutrientes.
¿Cuál es la frecuencia de fertilización recomendada para las plantas de marihuana?
La frecuencia ideal para aplicar fertilizantes depende en gran medida del medio de cultivo y de la etapa de desarrollo de la planta. En el caso de las plantas hidropónicas o cultivadas en fibra de coco, lo habitual es fertilizar en cada ciclo, ya que estos medios no contienen nutrientes por sí mismos. En el caso de las plantas en tierra, lo más habitual es alternar entre la fertilización con una mezcla nutritiva y el riego con agua sin abono y con un pH equilibrado. Es decir, como regla general, se suele fertilizar cada dos riegos o una vez a la semana. Pero siempre es mejor seguir la pauta de fertilización recomendada por el fabricante para esa gama de fertilizantes, y ajustarla en función de la respuesta de la planta. Controla siempre el pH y la conductividad eléctrica (EC) para adaptar tu rutina y evitar la fertilización excesiva o insuficiente.
¿En qué se diferencian los fertilizantes minerales y los orgánicos?
Los fertilizantes minerales, también conocidos como sintéticos o químicos, se componen de sales inorgánicas. Están muy concentrados y proporcionan una dosis exacta de nutrientes que las plantas pueden absorber inmediatamente. Por eso son ideales para entornos controlados como la hidroponía y el coco, donde la precisión es fundamental.
Los abonos orgánicos, por otro lado, proceden de fuentes naturales como el compost, el guano de murciélago o la emulsión de pescado. Dependen de la vida microbiana del suelo para descomponerse en una forma que la planta pueda absorber. Este proceso es más lento y menos preciso, pero fomenta una vida saludable en el suelo y puede contribuir a un abanico de sabores más rico en el producto final. Mientras que los fertilizantes minerales funcionan nutriendo directamente la planta, los orgánicos se usan para tratar el suelo que después alimentará a la planta. Ambos tienen sus ventajas, y la elección adecuada dependerá del medio de cultivo y de tus preferencias personales.













