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Una buena circulación de aire es fundamental en el cultivo de cannabis, ya que afecta la salud de las plantas, previene enfermedades y mejora la calidad de la cosecha. Aquí te explicamos por qué y cómo manejarla en cada etapa del crecimiento:
Intercambio de gases:
La circulación de aire facilita el intercambio de gases como oxígeno y dióxido de carbono, esenciales para la fotosíntesis y la respiración.
Regulación de la temperatura:
Un buen flujo de aire ayuda a mantener una temperatura constante, evitando el estrés por calor y optimizando las condiciones de crecimiento.
Control de la humedad:
El aire en movimiento ayuda a controlar los niveles de humedad, reduciendo el riesgo de moho y mildiu.
Fortalecimiento de las plantas:
Un movimiento suave del aire fomenta el desarrollo de tallos y hojas más fuertes, imitando las condiciones naturales del viento.
Prevención de plagas y enfermedades:
Una buena circulación reduce el aire estancado, dificultando que plagas y enfermedades prosperen.
Al asegurar una circulación de aire óptima, los cultivadores fomentan un desarrollo saludable de las plantas, maximizan la cosecha y producen cannabis de alta calidad.
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