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La temperatura es clave en el cultivo de cannabis. Afecta el metabolismo, la velocidad de crecimiento, la absorción de nutrientes, la producción de resina y la resistencia a enfermedades. Aquí te explicamos por qué es tan importante y cómo controlarla en cada etapa:
Metabolismo:
Temperaturas adecuadas aceleran el metabolismo de la planta, facilitando la fotosíntesis y la respiración. El resultado: crecimiento rápido y eficiente.
Actividad enzimática:
Las enzimas que regulan los procesos internos funcionan mejor dentro de ciertos rangos de temperatura. Mantener esos rangos garantiza un desarrollo saludable.
Absorción de nutrientes:
El calor moderado ayuda a las raíces a absorber agua y nutrientes de forma más efectiva, impulsando el vigor y la salud general de la planta.
Transpiración:
La temperatura regula la transpiración, es decir, la liberación de vapor de agua a través de las hojas. Esto ayuda a transportar nutrientes y a enfriar la planta.
Producción de resina y terpenos:
Temperaturas más frescas durante la floración pueden aumentar la producción de resina y terpenos, lo que mejora la potencia y el aroma.
Respuesta al estrés:
Temperaturas extremas generan estrés en la planta, haciéndola más vulnerable a plagas y enfermedades. Mantener un rango óptimo reduce ese riesgo y fortalece su resistencia.
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